Hace unos días, alguien a quien quiero mucho y conozco hace veinte años. Que en su día fue alguien importante para mí, porque fue una de las personas que se encargó de fomentar mi autonomía, mi poca autonomía, es decir, que yo pudiera sentirme como cualquier otra chica de mi edad y pudiese tener amigas y a su vez poder salir a la calle con ellas, ir de pellas por primera vez, en definitiva sentirme una más de la sociedad, que por desgracia hasta ese momento nunca me había podido sentir. La encargada de todo ello me pidió si podía usar uno de mis primeros relatos para su clase de teatro, y yo sin saber muy bien lo que iba a hacer le dije que sí, y ahora una vez que yo la he pedido permiso aquí tenemos el resultado. Y la verdad no ha quedado nada mal. Gracias Conchi por qué veinte años después me sigues teniendo presente, y sobre todo gracias por estar en este pequeño espacio dónde cada día intento plasmar con letras lo que siente mi corazón. Vamos a por otros veinte años más.
Permiso concedido
Publicado por Los pensamientos de una enamorada de la vida sobre ruedas, cuesta abajo y sin frenos.
Tengo 36 años, vivo en Madrid y mis aficiones son: leer, escribir, dibujar, la fotografía, la música (sobre todo en directo y el género pop). Me ha gustado escribir desde bien pequeña, pero profesionalmente lo hago desde hace tres años. Deambulo en una silla de ruedas eléctrica debido a que padezco Espina Bífida e Hidrocefalia. Esto no me limita en nada porque la silla son mis piernas y en muchas ocasiones los brazos de la gente son las piernas que la silla no alcanza a darme Ver todas las entradas de Los pensamientos de una enamorada de la vida sobre ruedas, cuesta abajo y sin frenos.