Los sueños se cumplen, aunque cueste.

Hace unos meses conocí a un grupo de gente y especialmente con dos de ellos hice especial amistad, Mario y Maikel. Con ellos dos he compartido muchas cosas en estos últimos meses de encierro.

Pero dió la casualidad que un día hablando con Mario me contó que trabajaba en las pistas del palacio de hielo, y ahí fue cuando creí que me volvia loca.

Llevaba tres años intentando patinar en las pistas en Navidades y nunca hay forma de que el Ayuntamiento de Madrid ponga una única pista con una entrada accesible.

Pues bien resulta que mi querido amigo trabaja en el palacio de hielo en las pistas. Y me prometió que me iba a invitar un día.

Están a punto de cerrar las pistas así que antes decidió pedirme que fuese un día a cumplir lo único que me quedaba por cumplir en este mundo, patinar.

Aquí os dejo unos vídeos y unas fotos para que veáis que si se quiere se puede.

Por último quiero agradecer a Mario por la invitación, su eterno cariño y apoyo cuando pensaba que no iba a poder y a Maikel por no abandonarme ni un solo segundo en esta loca pero bonita experiencia. ¡ Y PARA LOS QUE LO DUDABAIS, MIS DIENTES ESTAN SANOS.! Y AMENAZO CON VOLVER

Un nuevo himno de vida de la mano de Rozalén.

Hoy alguien a quien admiro muchísimo admiro muchísimo saca nueva canción y ésta vez hablando de algo que me toca muy de cerca, y es el tema de la Salud Mental. Algo en lo que llevo sufriendo trastornos desde hace muchísimo años.

En mi caso a veces es complicado, porque al tener una enfermedad de base muchas veces se me juntan varios achaques al mismo tiempo y tengo que tomar la difícil decisión de para dónde atacar primero, ya que todos al mismo tiempo es complicado. Eso es lo que me lleva pasando estos dos o tres últimos años, que en vez de vivir he sobrevivido, porque empecé con dolores muy fuertes en un costado que según los médicos eran infecciones de orina y ya cuando me dió el dolor gordo me vieron que lo que tenía era piedras en el riñón. Por tanta infección me empezaron a ingresar demasiado y debido a esto me empezaron a salir escaras entre medias de todo esto vino una terrible pandemia por COVID19 que nos dejó muchos meses en casa metidos. Ahí fué cuando me di cuenta que quién realmente eran mis amigos y quien no. Aunque al final por qué se me juntaron muchas cosas en la cabeza y acabé soltando lo que no debía y que no pensaba. Asi que una vez más me volví a quedar más sola que la una. En fin mis malos manejos de los sentimientos y de las amistades. Todo esto aunque no lo parezca va creando en mi un malestar y una inseguridad brutal, primero porque me siento muy sola y luego por todos los dolores que tengo que pasar, nadie entiende que cuando pido que arreglen una calle no es solamente por mí, si no para el resto de la ciudadanía que también puedan tener una dificultad parecida a la mía o de cualquier otro tipo, pero es que siempre la que grita soy yo ese es el problema. Todo el mundo me protesta es que esto está mal y yo voy y chillo. Y al final acabo llevándome porrazos por todos lados.

Muchas veces esto me lleva a situaciones de no poder más, de no tener ganas ni de mirarme al espejo, porque se que levantarme cada mañana va a ser una lucha por sobrevivir, salir adelante entre una sociedad que muchas veces tampoco está acostumbrada a lo diferente, a que todos cabemos en ella seamos del color que seamos, amemos a quien amemos o tengamos distintas capacidades.

En los tiempos que corren y con la salud tan tocada como la tengo no me cabe en la cabeza que lleven más de dos años los Suap cerrados, y plantas de hospital cerradas desde hace no se cuánto, te pones malo en casa y para que te manden una ambulancia tiene que venir un médico de familia para hacer la petición de ambulancia, mientras a ti te sube la fiebre de 38 a 41 en una hora porque la ambulancia tarda horas en llegar.

Y que decir ya cuando vas a urgencias por tus propios medios. Resulta que te tienen esperando cuatro horas y ya no sabes que te duele más si las escaras o el cólico, y te terminas tomando un tranquilizante porque alguien que te ve llorar avisa a personal sanitario y cuando te ve y le dices que necesitas ver un psiquiatra te dice que no, que no es para tanto y con una palmadita en la espalda te da el alta.

Cuando por fin consigues poner un poco de orden en tu vida pides cita para el dichoso psiquiatra y a esperar dos meses. Me ve una sesión y se jubila en la segunda, un mes a esperar, viene la nueva una sesión y en la siguiente sesión la pierdo por coincidir con otro médico, otro mes a esperar, pero entre tanto después de dos meses de espera para el cirujano plástico de parapléjicos cuando llegó la cita me mandó directa a la cama pudiéndome levantar seis horas al día. Dijeron que me operaban a la semana siguiente pero lo tuvimos que retrasar por la operación de piedras.

Cuando llegó enero, la fecha acordada dijo que había más camas de hombres que de mujeres y que la espera iba de seis meses a un año y que si el centro de salud se hacía cargo del post operatorio me operaban antes, pero lógicamente digeron que no así que a esperar. Y otra vez a darle vueltas al coco. Hasta que parece que llegó mi ángel de la guarda con la posible solución. Pero eso será otro capítulo. Lo que intento hacer ver con esta entrada es que muchas veces aunque no queramos tocar fondo es imposible y además hacemos daño a la gente de nuestro alrededor, la gente que más nos quiere.

Por eso una vez más desde aquí pido más atención a las personas con cualquier tipo de salud mental porque la prevención de hoy puede evitar el disgusto del mañana.

Si algún día necesitas ayuda antes de hacer una locura recuerda marcar el 024 el teléfono de prevención del suicidio 24 h al día.

Aquí os dejo el enlace a la canción agárrate a la vida, un nuevo himno de una persona que conocí sus canciones hace tres años y que hace dos tuve el placer de conocer. Ella me acompaña cada día en mis momentos buenos y también en los malos, que han sido muchos últimamente, pero especialmente con su música los problemas se me hacen un poquito más pequeños y yo un poquito más grande. Gracias María por hacerte eco de los problemas de la vida cotidiana.

Esta canción se la quiero dedicar especialmente para mí amiga Marta que no está en su mejor momento. Aunque no podamos estar juntas quiero que sepas que no te olvido, que te quiero, y que como millones de veces te he dicho estoy aquí para lo que me necesites, sea la hora que sea y el día que sea. A partir de ahora será nuestro himno de vida porque nada ni nadie podrá con nosotras. Te quiero

Adaptándose a la situación.

Pues bien, como os anunciaba por redes me he buscado un nuevo hobby, que ojo no es que vaya a abandonar la escritura, pero estoy en un momento de mi vida en el que la cabeza no me funciona con normalidad, solo tengo pensamientos de cuando podré levantarme de ésta maldita cama de una vez.

Cuando empezó todo esto una buena amiga me regaló un kalanchoe, una planta muy bonita, pero la verdad que no se me da bien porque me he cargado tres.

Así que después del tercero me cambié de terció y seguí con plantas pero con la familia de las suculentas y crasas que son más resistentes. Así que aquí os presento a mi pequeño jardín, en el que paso entretenida parte de mis días. Pero ojo que no os olvido.

Días grises que se convierten en azules en un segundo

Hace días e incluso semanas o meses que me siento mal, pero por suerte aún queda gente que sabe reaccionar cuando se le dice que ya no puedes más y que a parte de estar día a día por el WhatsApp dándote ánimos es capaz de cogerse el coche con su marido y plantarse a verte en menos de lo que canta un gallo.

Nos conocimos en una de mis locuras de entonces, en una firma de libros, aunque Sara, la que ahora se ha convertido en mí amiga, solamente iba a recoger a su marido que trabajaba en la editorial. Me cayó muy bien e incluso por aquel entonces entonces ella ya me dijo que tenía que escribir un libro con mi historia y le comenté que si que me gustaba escribir pero que me faltaba base.

De esto hace ya por lo menos dos años y comencé a escribir hace más de un año y este blog lleva en marcha más de un año.

Gracias por estar ahí siempre. Y por más días como el de hoy, aunque con lluvia y tengamos que salir corriendo. Pero ha merecido la pena.

Por un mundo mas justo para todos lo mas pronto posible

Sé que hace tiempo que no escribo, pero la verdad no me encuentro en mi mejor momento, me sigo sintiendo muy sola y además la sanidad en este país sigue yendo muy despacio, esta semana después de que llevo tirada en la cama desde el veintitantos de noviembre mi padre ha ido a ido a parapléjicos a hablar con el cirujano plástico y le ha dicho que hay 80 personas por delante de mí para operar, y que no hay camas. El hospital solo le deja operar dos pacientes al mes, y yo me pregunto ¿ a ese ritmo en qué año me podré levantar yo de la cama y volver a hacer una vida normal?

En La Paz hasta fin de año no tengo cita, porque quién me llamo de Sanidad juzgo que aunque mi doctora de cabecera me había mandado como preferente ir a la unidad de lesionados medulares de allí y mi madre se lo dijo pues para ella eso era elegir hospital así que me tenía que esperar hasta que hubiera cita.

Tuve que elegir entre ir a cambiarme la sonda o al psiquiatra, y elegí lo primero, después me operaron de las piedras que tenía en la uretra y en la vejiga con lo cual no pude pedir la cita y cuando por fin lo pude hacer me dan para dos meses después, cuando la doctora me había dicho que cita en un mes.

Me han mandado una interconsulta con cirugía plástica en el 12 de octubre hace más o menos un mes y aún no he recibido la cita, quién me la mandó juzgó que debía ir con prioridad normal, nadie tiene prisa ni por operarme ni por que me vean en consulta.

Llego desde el 2008 malviviendo entrando y saliendo de hospitales con infecciones cada vez más fuertes, con unas piedras que me hacían tener unos cólicos que me moría de dolores, y después mezcla de dolores de cólicos con los de escaras que llegaba un momento que no sabía ya que me dolía más. Sabía que tenía que parar pero que si paraba la única forma de curar las escaras era echarme en la cama y pararme la vida pero ya no me quedaba otra por qué los dolores me estaban superando, ya no podía ni salir a la calle a dar una vuelta por la calle ver de al lado por qué las calles del barrio están completamente levantadas y es imposible transitar con una silla de ruedas y por más que peleaba para que areglasen al menos una calle los esfuerzos eran en vano. Me costó un año que areglasen una sola calle y encima cuando lo conseguí el ayuntamiento lo hizo chapuceramente.

Cuándo empezó el covid fue una ventaja para las personas con discapacidad porque muchas de las cosas porque muchas de las cosas de ocio se hicieron online con lo cual estuvimos un poco menos excluidos de la sociedad, pero cuando el gobierno dio por terminada la pandemia el chollo se nos acabó, porque todo volvió a la relativa normalidad y las personas con discapacidad que seguíamos sin poder salir de casa por X motivos seguíamos igual de aislados que antes. ¿ tendrá que venir otra pandemia para que nos volvamos a sentir nuevamente integrados en el mundo en que vivimos?

Creo que a está sociedad le hace falta una buena dosis de civismo, y entender de una vez qué en esta sociedad entramos todos seamos del color que seamos, tengamos o no discapacidad, amemos a quien amemos etc.

¡POR UNA SOCIEDAD LIBRE E IGUALITARIA POR Y PARA TODOS EN TODOS LOS SENTIDOS!