Hoy cómo cada once de noviembre se celebra el día de las librerías. Esos establecimientos que a mí en particular siempre me han gustado, porque la lectura siempre ha sido una de mis aficiones favoritas, aunque por mi discapacidad y cada vez que iba pasando el tiempo y mi mano izquierda iba estando peor por la emiplejia tenía que ir descartando muchos libros que me gustaban por su grosor ya que no podía con ellos.
Pero esto cambio cuando descubrí el libro electrónico. Para mí fue una adaptación muy buena, ya que a partir de ahí he podido leerme todos los libros que no había podido hasta ese momento.
A pesar de tener el aparato, de vez en cuando siempre me gusta pasarme a echar un ojo para ver las novedades, sobre todo en romántica, que son mis libros favoritos, y como no para saludar a los chicos de la librería que frecuento habitualmente «casa del libro» de Isla Azul.
Desgraciadamente desde que aparecieron estos aparatitos la gente ha dejado de leer en papel por lo que muchas librerías, sobre todo las de barrio, han tenido que cerrar.
Pero no solo eso, el gran problema es que mucha gente ya no compra libros, si no que se va a Internet a piratearlos.
Esto está haciendo mucho daño a las editoriales y muchas están teniendo que cerrar, porque no son capaces de mantenerse. Lo que está haciendo que los autores lo tengan más complicado para poder sacar sus libros, y la solución sea en muchos casos la autoedición o irte a una editorial en la que en vez de que el autor gane dinero sea este el que tenga que poner capital propio.
Me parece muy triste que estemos llegando a este punto. Por eso desde aquí animo a no piratear, aunque no puedas leer todo lo que quieras, compra tus libros originales y visita las librerías aunque sea de vez en cuando, no las dejes morir, recuerda que cuando en la tecnología no existía gracias a ellas podíamos llegar a transportarnos a mundos inimaginarios.
También te animo a que si quieres leer un poquito más y no está a tu alcance te acerques a tu biblioteca más cercana y te hagas socio, así podrás leer libros originales sin límites y ayudarás a que nuestros escritores puedan seguir con su profesión.
Pero recuerda también que detrás de esos libros que tanto nos gustan están las manos que los colocan y esas manos tienen que comer y sus familias también, así que no dejemos morir esta bonita profesión que se instauró entre nosotros en 1923.