Un despertar diferente y especial.

Esta mañana cuando medio abría el ojo en el hospital de paraplejicos me he llevado una gran sorpresa, y es que en la planta teníamos inclusión en personal y pacientes.

Entraron a darnos el desayuno a mi compañera y a mí y mientras que la auxiliar y ella charlaban noté algo distinto en el habla de la auxiliar . Yo seguí escuchando pero no me atreví a preguntar nada aunque me daba la impresión de que tenía una discapacidad auditiva.

La verdad es que me llamaba mucho la atención como charlaba alegremente y sin ningún tipo de complejo con una persona que no conocía pero pensé que se sentía agusto por que la otra persona tambor tenía una discapacidades. Según fue transcurriendo la conversación, la auxiliar reveló lo que yo ya había pensado hacía un rato y es que tenía una discapacidad auditiva.

Una vez más ésto demuestra como una persona con grandes dificultades puede llegar a trabajar en un sitio de cara al público sin ningún problema, simplemente con un poco de paciencia.

Aunque se esté contratando a personas con estas discapacidades pienso que se debería formar al personal que trabaja con ellos para q pueda tener un mínimo trato con ellos, es decir, enseñarles lenguaje de signos y explicarle que cuando se habla con una persona de estas características hay que hacerlo despacio y claro para que se pueda mantener una comunicación lo más fluida posible.

Ella es Rebeca, auxiliar en la planta de niños en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo y es sordomuda aunque está totalmente integrada en su trabajo.

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