María y yo. Una amistad diferente, como cualquier otra y como nuestras extremidades.

En un principio, pensé en contar su historia que la verdad interesante es un rato, pero luego lo he pensado mejor y he decidido que nada mejor que contar para este día que nuestra propia historiaConocí a María en el instituto, no recuerdo muy bien el año, la verdad es que no teníamos mucho trato porque yo no salía a los recreos porque tenía que ir a enfermería a sondarme, solo lo que nos veíamos por los pasillos. Además ella siempre iba acompañada de su amiga Mercedes, que aunque creo recordar que esta iba algún curso más adelantada que María se llevaban muy bien, también iba con ellas María G. y creo recordar que algunas veces Laura.

Durante la época del instituto la verdad es que no tuvimos mucho contacto aunque si que me llamaba mucho la atención que a pesar de que le faltaba un trozo de un brazo se apañaba muy bien.

Cuando yo salí del instituto ella aún seguía, y años más tarde en una residencia de discapacitados, CRMF, en la que yo estaba estudiando interna, por circunstancias familiares, llegar un día y me dijeron que me iban a cambiar de compañera, cuál fue mi sorpresa que de repente apareció ella, nos tocaba compartir habitación.

La verdad que a mí me alegro mucho, porque así podría conocer más a la chica qué tanta curiosidad me había dado siempre pero que nunca había tenido oportunidad de acercarme a ella.

Para ser sincera nos costó un poco acoplarnos porque yo me tenía que levantar muy temprano para empezar con mis tareas diarias, y aparte que bueno luego las condiciones en las que yo estaba no eran las mejores así que acabo pidiendo cambio de compañera.

La verdad me dolió un poco el hecho de tener que cambiar de compañera, porque no sabía a quien me iban a meter y por qué ya me había acostumbrado a María y quieras o no ya la conocía de antes.

La relación con ella no cambio mucho, pues seguían viniendome a ver por las noches un rato, y el resto del día ya no la veía prácticamente.

Los fines de semana que yo me quedaba en la residencia solíamos salir a dar vueltas o por allí o por cualquier sitio de Madrid. Al poco tiempo entró una amiga suya a la residencia con lo cual las veces que me quedaba ya solíamos salir las tres juntas o si no ellas salían por una parte y yo por otra o bien con Cristina o bien con Belinda.

Siempre que salía con María nos apañabamos bastante bien, aunque muchas veces necesitábamos ayuda porque las dos tenemos una hemiplejia aunque cada una en un lado del cuerpo lo que hace que manejemos ese lado un poco peor, pero además hay que contar que ella el otro brazo lo tiene amputado hasta la mitad, con lo cual para muchas AVD necesitamos ayuda.

Siempre cuando estamos juntas hay una química especial ya que nos complementamos super bien y solo con mirarnos la una a la otra sabemos lo que necesitamos sin necesidad de pedirnoslo.

Al salir de la residencia fue cuando empezamos a salir más a menudo pues quedábamos casi todas las semanas y ahí fue cuando de verdad tuvimos que aprender realmente las necesidades que teníamos cada una, pues empezábamos a estar más tiempo solas sin limitaciones de horarios, además ella se vino a vivir más cerquita de mi casa lo que permitió que pudiésemos quedar con más libertad y eso hacía que muchas veces yo fuese a su casa o ella viniese a la mía pero también qué saliésemos por aquí por el barrio, o incluso por cualquier parte de Madrid.

Durante estos años de amistad han sido muchas las veces que hemos discutido, pero nuestra amistad es más fuerte y hemos demostrado que no podemos estar la una sin la otra. A día de hoy yo no me imagino una vida sin ella. Y me da igual que tengamos extremidades diferentes y por ello de vez en cuando tenerla que ayudar o incluso pedir ayuda a cualquier otra persona porque su amistad es más fuerte y cualquier otra cosa del mundo, ya que me ha demostrado que ha estado en momentos en los que todo el mundo ha desaparecido, aunque muchas veces se ha dispersado y la he tenido que pegar un toque de atención para decirla ¡eh que sigo aquí!, pero al final siempre ha acabado a mi lado.