Días grises que se convierten en azules en un segundo

Hace días e incluso semanas o meses que me siento mal, pero por suerte aún queda gente que sabe reaccionar cuando se le dice que ya no puedes más y que a parte de estar día a día por el WhatsApp dándote ánimos es capaz de cogerse el coche con su marido y plantarse a verte en menos de lo que canta un gallo.

Nos conocimos en una de mis locuras de entonces, en una firma de libros, aunque Sara, la que ahora se ha convertido en mí amiga, solamente iba a recoger a su marido que trabajaba en la editorial. Me cayó muy bien e incluso por aquel entonces entonces ella ya me dijo que tenía que escribir un libro con mi historia y le comenté que si que me gustaba escribir pero que me faltaba base.

De esto hace ya por lo menos dos años y comencé a escribir hace más de un año y este blog lleva en marcha más de un año.

Gracias por estar ahí siempre. Y por más días como el de hoy, aunque con lluvia y tengamos que salir corriendo. Pero ha merecido la pena.

Para ti que me cuidaste en la sombra

A ti, que a pesar del que dirán has estado ahí en las buenas en las malas y en las regulares.

A ti, que me hiciste sentir persona cuando el resto del mundo me hacía sentir un ogro.

A ti que me has enseñado lo que es la verdadera amistad, a pesar de nuestras distintas capacidades. Que has estado ahí en los momentos más difíciles de mi vida y muchas veces has logrado que no hiciera una locura

A ti, que me conoces mejor incluso que yo misma, y sabes sacar la mejor parte de mi. Se que tengo defectos, muchos, y que muchas veces patino cuando pretendo ayudar porque me fallan mucho las habilidades sociales pero también tengo virtudes y solo estando a tu lado soy capaz de verlas por qué solo teniéndote cerca soy capaz de sacar mi mejor versión.

A ti, y solo a ti gracias por todo este tiempo, por haberme tenido contigo, por haberme escuchado aunque tú tampoco estuvieras en un buen momento. Sé que no he sido perfecta, pero creo que hoy en día la perfección no existe o al menos yo no la conozco pero lo que sí sé es que durante este tiempo a tu lado he aprendido lo que es la verdadera amistad y lo que es querer a alguien por encima de todo sin importar lo que haya por delante, y eso solo me lo has enseñado tú, porque amigos como tú hay pocos. Te quise, te quiero y te querré siempre.

Día internacional del Asperger 2022 18 de febrero de 2022

Algunas veces encuentros en la vida a personas que sin querer congeniar con ellas a la perfección, de esas con las que te gustaría pasar el resto de tu vida con ellas, pero que por inseguridades de la persona implicada y por falta de confianza de terceras personas los sentimientos mutuos no llegan a aflorar y a intentar llegar a ser algo más qué amigos. Hoy en el Día Internacional del Asperger no me puedo olvidar de aquella persona tan especial qué tengo en mi vida que a pesar de sus distintas capacidades está siempre ahí cuando más la necesito, en las buenas y en las malas. Se que los dos tenemos nuestros problemas, y que a veces somos un poco peligrosos saliendo juntos, pero por encima de todo eso está el amor que nos tenemos y el saber que si algo le pasa a cualquiera de los dos vamos a estar ahí, también sabemos qué podemos hablar de cualquier cosa que nos pase o nos preocupe, y que entre los dos vamos a buscar una solución. Muchas veces hemos tenido que escuchar que si no eres capaz de hacerte cargo de ti mismo cómo vas a hacerte cargo de otra persona, pero mil y una veces me has demostrado y me seguirás demostrando qué has podido y que podrás hacerte cargo de mí mejor que muchas otras personas que dicen no tener distintas capacidades. Hoy en tu día, el Día Internacional del Asperger no me importa decirte delante de todo el mundo que te quiero, qué gracias por estar siempre para mí, que no dudes nunca de ti porque todo lo que te propongas aunque tardes un poquito más que los demás lo vas a conseguir y yo estaré a tu lado como siempre para verlo aunque antes te haya echado mil y una broncas para intentar que fueses por el buen camino y nunca te rindieras, aunque yo no consiga llegar a mis metas. Solo me queda decirte que te quiero y que siempre que me necesites estaré aquí, aunque a veces, quizás demasiadas sea muy dura contigo.

No digas discapacidad di capacidad

Mi mejor regalo de Navidad

Tal vez solo algunas personas que han pasado por experiencias semejantes a las tuyas son capaces de entender por lo que estás pasando realmente y ponerse en tú lugar. A esto le llamo yo tener empatía, ponerse en el lugar de los demás, cosa que a muchos, empezando por mi misma nos falta.

Hoy una vez más a pesar del miedo a contagiarme por el Covid ha venido a hacerme una pequeña visita que me ha alegrado el día.

Gracias por estar siempre ahí queriéndome y cuidándome. Te adoro

Permiso concedido

Hace unos días, alguien a quien quiero mucho y conozco hace veinte años. Que en su día fue alguien importante para mí, porque fue una de las personas que se encargó de fomentar mi autonomía, mi poca autonomía, es decir, que yo pudiera sentirme como cualquier otra chica de mi edad y pudiese tener amigas y a su vez poder salir a la calle con ellas, ir de pellas por primera vez, en definitiva sentirme una más de la sociedad, que por desgracia hasta ese momento nunca me había podido sentir. La encargada de todo ello me pidió si podía usar uno de mis primeros relatos para su clase de teatro, y yo sin saber muy bien lo que iba a hacer le dije que sí, y ahora una vez que yo la he pedido permiso aquí tenemos el resultado. Y la verdad no ha quedado nada mal. Gracias Conchi por qué veinte años después me sigues teniendo presente, y sobre todo gracias por estar en este pequeño espacio dónde cada día intento plasmar con letras lo que siente mi corazón. Vamos a por otros veinte años más.

Conchi representando mi primera silla de ruedas eléctrica.

Amigo especial

Me embriagas con tus dulces palabras,

entre risas, mimos, y nuestras tonterías pasamos los días.

Eres mi mayor apoyo siempre,

aunque detrás de una pantalla estás ahí para escuchar mis tonterías, mis rayadas…

A veces sin saberlo me transportas a un mundo que solo contigo quiero compartir,

un mundo que solo tú y yo entendemos,en los que solo existen, nuestras manos, 

nuestros susurros, 

nuestras caricias,

nuestras manos.

Todo eso ante una sociedad que a día de hoy nos ve imperfectos,

Que no nos acepta en muchos casos por tener una discapacidad.

Que ante los ojos de los demás creen que simplemente por eso no podemos o no tenemos derecho a amar y ser amados.

Pero tú y yo en nuestro peculiar y personal mundo, podemos y sabemos transportarnos a un mundo donde todo es diferente, donde  no existen los rechazos ni las diferencias.

Donde con sólo vernos a través de una pantalla, ya sabemos que día tenemos con solo saludarnos y solo nos hace falta saber que uno de los dos nos necesitamos que ahí estamos para darnos un par de mimos.

Amigos que son familia

Ella es María José y entró en nuestras vidas cuando yo tan solo tenía un año.

Y sí, digo en nuestras porque se metió como un torrente de aire fresco en mí vida y en la de mi madre, cuando alguien me preguntaba quien era ella señalando a mi madre decía mamá, pero y cuando alguien me señalaba para ella siempre decía papá o Ase.

Y es porque siempre ella estaba ahí cuando mi madre estaba trabajando. Cuidándome, mimandome, y aprendiendo a estimularme para que hoy sea lo que he llegado a ser. Conmigo estuvo hasta los tres años cuidándome.

Pero luego no desapareció, cada poquito tiempo seguía viniendo a verme.

Pero que mi madre no descolgase el teléfono para decirle, Marina está en el hospital, porque ese mismo día o al siguiente estaba allí haciéndome una visita, y muchas veces más que una visita, porque se quedaba conmigo para que mi madre pudiese ir a casa a descansar un rato, porque sabía que con nadie más me podía dejar tranquila.

Aún 35 años después sólo tengo que mandarle un WhatsApp para decirle que estoy tirada en la cama como una cucaracha y tres días después la tengo en mi casa haciéndome una visita.

Estas cosas no las hace todo el mundo, por eso muchas veces no hay que esperar a que la gente lleve tu misma sangre para que esté ahí en los momentos que más les necesitas.

Yo también quiero a alguien con espina bífida

Él es mi mejor amigo, y está ahí cada día, desde que me levanto hasta que no me acuesto, lo sabe prácticamente todo de mí, por no decir todo, en el último año y medio hemos pasado de todo juntos, aunque haya sido a distancia, separados por una maldita pandemia. Hemos reído, hemos llorado… Pero sobre todo creo que hemos aprendido algo muy muy importante qué es a querernos un poquito más cómo somos. Los dos sabemos qué pase lo que pase podemos contar el uno con el otro para lo que sea, y si algo me ha enseñado este último año es que tengo que valorar a las personas que están ahí cuando las necesito realmente, así que no volveré a cometer errores del pasado y no dejaré que nadie me pisotee y estaré cuando tenga qué estár. Los dos tenemos espina bífida. ¿Y qué?

#yotambienquieroaalguienconespinabifida

En la sombra

Desde la sombra, haces ver lo invisible, invisible para mí, porque tú y sólo tú  eras consciente de que no era yo.
En la sombra viendo como caía, como he dejado caer todo mi mundo.
Siempre te echaba, y aunque creí que ya no estabas, siempre has estado ahí en el anonimato, dándome bofetadas de realidad.
Hasta que me hundí en el gran pozo, y tú, solo tú, estuviste ahí junto a otros pocos, como siempre desde la sombra.
Cuidándome, queriéndome y dándome calor.
Cuando realmente te ves mal, es cuando el día que tienes unas poquitas fuerzas para levantarte y pensar,
pensar con claridad,
te das cuenta de quien siempre ha estado ahí.
Ánimos en la sombra, que no querías ver,
porque quizá pensabas que te romerías,
pero nunca nadie te ha debido de enseñar que romperse es una de las cosas más bellas del mundo.
Ahí es cuando ves que existe el dolor, la alegría...
Aunque para ti ahora siempre suele ser tristeza y soledad.
Pero no estás sólo, el silencio y la sombra muchas veces quieren decir cosas que nosotros no sabemos, o no queremos saber. Estate siempre atento porque no estás solo,
y no es necesario después de no darse cuenta a tiempo que siempre hay gente que está peor que uno mismo,
pero siempre, aunque cueste,
se puede con salir adelante.