Amor de librería

Marina tiene treinta y cinco años y nació con una espina bífida acompañada de una hemiplejia izquierda.

Su vida nunca fue fácil, pero siempre luchó por salir adelante.

Hasta los diecinueve años vivió en Embajadores, pero no había colegio para ella en su barrio y tuvo dificultad para relacionarse o salir sola. Era imposible usar una silla eléctrica porque en su edificio todo eran barreras arquitectónicas, el ascensor se desnivelaba y el portal tenía un escalón para salir.

En 2005 su familia se mudó a Carabanchel para que ella fuese lo más independiente posible.

Allí tenía el instituto más cerca de casa y pudo empezar a quedar con amigos.

Comenzó a ir a la biblioteca a disfrutar de sus dos grandes pasiones: leer y escribir, porque allí ofrecían cursos de escritura y poesía y talleres varios. Fué allí donde empezó algunos cursos.

En uno de ellos conoció a Marcos. El chico estaba atento siempre que ella leía algo de lo que escribía, preguntaba e incluso le hacía ver que lo que hacía era importante.

Un día Marina llegó tarde a clase, solo quedaba libre un sitio al lado de Marcos. Con mucha vergüenza aparcó su silla de ruedas eléctrica junto a él y miró los apuntes que había sobre su mesa, debía de haber pedido una copia para ella.

Encima de las fotocopias había una nota: La clase no sería lo mismo sin ti. ¿Nos vemos en la cafetería cuando termine?

Marina sonrió, podría ser el principio de una bonita historia de amor entre libros.