Después de dos meses en parapléjicos, tengo que dar gracias a la vida y a todos los que me están cuidando o me han cuidado en algún momento de ella, también a mis amigos, a los que están y a los que han estado porque en mi hay un trocito de ellos y me han ayudado a ser mejor persona.
Aquí después de estos años tan malos que llevo me he dado cuenta que siempre hay gente peor que yo, que por una caída se ha quedado tetrapléjico de la noche a la mañana, no pudiendo andar para el resto de sus días.
No me puedo olvidar en ningún momento de mis padres, los que se llevan la peor parte, y los que siempre están ahí apoyándome pase lo que pase y haga lo que haga. Mí madre nunca lo tubo fácil porque me tubo de soltera y siempre ha tenido trabas, pero nunca se ha rendido, y con diez años se unió Ja quien a pesar de haber pasado por momentos muy difíciles siempre ha estado ahí.

Pero también me topo de nuevo y una vez más de cerca con el suicidio, con gente que ha intentado quitarse la vida por múltiples razones.
Me da tristeza saber de gente joven que estaba bien y que a saber que se le pasó por la cabeza para querer irse de este mundo con toda una vida por delante, también gente más mayor con toda su vida hecha y que de buenas a primeras decidan irse de este mundo.
También pienso en que yo misma he estado a punto de quererme ir de este mundo, la mayor parte de las veces por problemas de salud que la solución ha tardado demasiado en llegado demasiado en llegar y por ello he sufrido demasiados dolores o incluso malos tratos de algunas personas.
Desde aquí pido una vez más que de una vez por todas haya una sanidad pública y de calidad, con una atención personalizada en salud mental con más personal y más tiempo para cada paciente.




