El día 4 me desperté con un mensaje de alguien que conocí hace muchos años y que aún a día de hoy sigo teniendo contacto con él.
Es una de esas personas que desde el minuto uno en el que le conoces sabes que merece la pena tenerle en tu vida porque le mires por donde lo mires solo derrocha positivismo y te enseña que aunque el día sea una mierda siempre hay que tirar hacia delante sin mirar atrás, porque aunque las cosas se te pongan chungas tarde o temprano acabarán por ponerse de tu parte, y de eso él sabe mucho porque ha pasado demasiadas cosas pero con paciencia y positivismo siempre ha conseguido salir adelante.
Por eso el día cuatro después de mucho esperar y de muchas idas y venidas a diálisis por fin has recibido lo que tanto esperabas y necesitabas, tu riñón.
Si algo he aprendido de ti desde que te conozco es que nunca hay que tirar la toalla, y se que muchas veces lo has estado pasando mal pero nunca te ha faltado esa palabra de aliento, ese chiste o cualquier tontería para el que tenías al lado y que sabías que lo estaba pasando mal.
Gracias por haber convertido días grises en días nublados y por haberme escuchado cuando más lo necesitaba a pesar de que quizás eras tú el que estaba peor que yo.
Ahora empieza tu nueva vida y espero que la disfrutes tanto o más como lo has venido haciendo hasta ahora y en cuanto pueda nos tomemos un algo por la peseta que ya hay ganas.