Siempre habrá alguien para tenderte la mano.

A ti, que fuiste mi cerebro cuando me costaba pensar.

A ti, que fuiste mis ojos cuando los míos casi no querían funcionar.

A ti, que fuiste mis brazos y mis manos para poder hacer una vida lo más normalizada posible, cuando los míos no eran capaces de hacer absolutamente nada.

Gracias por las tardes de risas, de confidencias y por pasar los malos momentos a mi lado.

Mi eterna luchadora, cómo olvidarme de ti.

Compartimos pocos días juntas, pero la verdad es que fueron muy amenos, y ahora que no nos escucha nadie, que sepas que me has robado el corazón para siempre, porque nadie merece pasar por lo que tú has pasado.

A partir de ahora, me voy a encargar de que ni un solo día deje de brillar el sol por donde pasas porque es lo que te mereces ya que tienes un corazón de oro.

Y a ti mi otra esponja de confidencias y por supuesto mi baldosa del suelo, nunca os olvidaré porque a pesar del poco tiempo que compartimos juntos os lleváis un gran hueco en mi corazón.

Ojalá nos volvamos a ver pronto.

A mis dos yayis, han sido días duros, pero no os guardo rencor. Son edades muy diferentes y soy consciente de que es muy difícil encajar unas piezas del puzzle con otras.

A mis dos nuevas compañeras, gracias por devolverme la paz que necesitaba. Con ganas de recuperarme y poderos conocer un poquito mejor.

Y estamos de vuelta «o eso creo»

Pues aquí estoy de nuevo tras un tiempo sin aparecer por aquí.

Durante este tiempo he comprobado de nuevo que no soy imprescindible para nadie y que el concepto de amistad no es igual para todo el mundo.

Llegó el verano y con él el campamento, nadie me echó de menos o por lo menos en esos días mientras que yo me quedaba en Madrid en la cama, ni un mensaje con un te echo de menos.

Pero al volver a Madrid vuelven los mensajes, como si no hubiese pasado nada y algunos con algún te he echado de menos, quizás llegan tarde aunque sé que son verdad. Pero como siempre no sé cómo hacerle entender a la gente que me importa y que me hubiese gustado estar ahí, y ya que no he estado al menos que me hubiesen recordado, pero siempre es el mismo sentimiento de vacío y de no importarle a absolutamente a nadie.

Ojalá algún día esto cambiase y pudiese ser parte de algo o de alguien, como mucha gente lo es o lo ha sido para mí, aunque siempre haya sido a mi manera y siempre haya acabado perdiendo a las personas que más quiero, pero aunque ellas hayan decidido salirse de mi vida, siempre tendrán un hueco en mi corazón, ya que para mí siguen siendo importantes.